La Asociación de Profesionales de Informática Sanitaria de Castilla-La Mancha (APRSICAM) lanza una campaña en apoyo del colectivo de Informáticos e Informáticas del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) que llevan sufriendo desde hace años de un trato por parte de la administración, en términos laborales, bastante deficiente.

El camino de los informáticos en el Sescam ha estado siempre lleno de piedras. En los orígenes, al carecer de categorías profesionales, fueron contratados como "administrativos" pero ejerciendo labores técnicas de informática, con titulaciones específicas en la mayoría de los casos.

Llegó el fin del Insalud y la creación del Sescam, momento en el cual se les excluyó de la OPE extraordinaria donde se consolidó a la plantilla sanitaria en un proceso a nivel nacional. Se les prometió que se haría lo mismo con ellos, que se crearían unas categorías informáticas y se haría otra OPE extraordinaria. Pero no se hizo.

Al poco tiempo se crearon las categorías. Por fin. Pero no estaban cerradas (se permitían titulaciones que nada tienen que ver con la informática o, para el grupo C, directamente sin ningún tipo de titulación específica). Y se les aseguró que las plazas se sacarían en una OPE. Pero debido a un defecto administrativo, las categorías fueron anuladas judicialmente. Se prometió una nueva creación. Pero pasaron años y no se hizo. El tema quedó abandonado en un cajón al igual que la posibilidad de hacer oposiciones.

Tras otros pocos años por fin se crearon las categorías de informática. Pero seguían abiertas total o parcialmente.

Una vez que se tenían las categorías se anunció la oposición. Era la primera vez, pero no contentó a todos por las dudas sobre el proceso a seguir, por no incluir todas las plazas existentes y en general, por pasar por alto los años de interinidad que ya se habían acumulado.

En ese momento es cuando se fundó APRISCAM como artífice para luchar por el colectivo de informáticos. Esta asociación trasladó al Sescam las inquietudes de estos trabajadores y les hizo propuestas avaladas jurídicamente. Se pidió hacer un Concurso de méritos extraordinario. Pero las propuestas fueron ignoradas aludiendo a dudas legales. Incluso se deslegitimó en representar al colectivo.

APRISCAM decidió impugnar la OPE 2018 y la OPE 2019. Por fin alguien plantaba cara a la administración defendiendo algo de sentido común.

Al mismo tiempo se sembró la semilla de otras alternativas. Una de ellas, el Fraude de Ley con el aval de la Unión Europea. Y lo que parecía un problema asumido por todos se convirtió en un realidad nacional que afecta a 800.000 interinos. Esta idea fue cuajando y provocó que muchos de los informáticos denunciaran ante la justicia la situación de interinidad. Estos procesos están aún pendientes.

Ahora estamos en 2021. Tras mas de 30 años por fin sale la oposición. Pero el camino trazado no va a cambiar la tradición de estar plagado de piedras, y no solo piedras sino baches y pozos sin fondo.

El prometido "proceso de consolidación" no va a suponer mucha diferencia respecto a un proceso ordinario, limitando, por ejemplo, el cómputo de la antigüedad a 13 años, algo incomprensible si lo que se quiere se consolidar pues la mayoría de los trabajadores supera esta cifra y hay algunos con mas de 30 años de interinidad. A esto habría que añadir la circunstancia de que la preparación del examen será muy complicado para muchos dadas sus circunstancies personales y familiares. Obtener plaza no les resultará nada fácil.

El interino que no coja plaza ahora podrá hacerlo en la siguiente convocatoria que podrá ser en unos 3-4 años donde les será mas complicado aún.

Finalmente el interino que no supere los procesos después de 4 años de "tortura" se quedará probablemente en la calle, sin indemnización y con una edad en torno a 50 años mas las cargas familiares que pueda tener.

Las consecuencias de este camino pueden resumirse en las siguientes:

1. Probablemente gran parte de los informáticos del Sescam no accederá a una plaza fija.
2. Muchos de estos informáticos se quedarán en la calle perdiéndose toda su experiencia y conocimientos, afectando a la atención en la Sanidad Pública.
3. Durante los próximos 4-5 años la situación que tendrán que vivir los informáticos será muy complicada, en lo laboral y en lo personal.

La paciencia de estos profesionales ha llegado al límite. La administración, lejos de reconocer sus errores, va a hacer pasar a este colectivo por una situación muy alejada del sentido común, de la empatía y de la responsabilidad.

La pregunta es ¿pero hay soluciones? Y la respuesta es que sí.

En primer lugar decir que la Unión Europea está muy pendiente de que se cumpla la Directiva 1999/70/CE sobre trabajo temporal, y ya ha advertido de que las convocatorias de OPEs para cubrir plazas de interinidad no cumplen con esa directiva pues no es una medida disuasoria y perjudica a los interinos al haber sido vulnerados sus derechos.

Precisamente el pasado día 3 de junio el TSJUE dictó una nueva sentencia, que se une a la del 18/03/2020 en la que deja claro que:

1. Los interinos están en situación de Fraude de Ley.
2. La administración incumple la Directiva 1999/70/CE de abuso de temporalidad.
3. La convocatoria de OPEs no satisface la Directiva 1999/70/CE
4. La solución pasa por considerarlos fijos a extinguir.
5. Podrán pedir daños y perjuicios.

Respecto a las soluciones, todas pasan por detener el proceso selectivo y plantear alguna de las siguientes posibilidades:

1. Convertirlos a la figura de fijos a extinguir, en línea con la sentencia anteriormente comentada, que solucionaría el enorme problema y cumpliría con la Directiva Europea (precisamente esta solución coincide con el criterio plasmado en algunos informes jurídicos elaborados por especialistas).
2. Convocar un proceso extraordinario de consolidación basado en concurso. El Estatuto Marco lo permite.
3. Esperar a la nueva legislación que el Ministerio de Administraciones Pública ha anunciado.
4. Que la justicia admita el Fraude de Ley y actúe en consecuencia.

Por todo lo anteriormente relatado se ha lanzado esta campaña de denuncia y reivindicativa que APRISCAM apoya como parte de sus fines como Asociación.